Aguascalientes, AGS.- En agosto de 2022 un perrito persiguió la camioneta que trasladaba, de urgencia, a su dueño hasta el Hospital General de Rincón de Romos en Aguascalientes.
Llegó al hospital cansado y jadeante, pero a tiempo para ser testigo de cómo subían al hombre a la camilla y lo ingresaban.
El señor, de aproximadamente 67 años, vivía solo con su perro.
‘Güero’, el lomito, permaneció afuera del hospital día tras día en espera de que saliera su dueño pero eso nunca sucedió. El hombre falleció.
“Me percaté que venía un perro atrás de la camioneta casi con la lengua de fuera, muy cansado el perro, se paró cuando la camioneta se detuvo, bajaron al señor y el perro seguía al señor, suben al señor al área de choque por las condiciones en que venía y el perro de hecho entró atrás de él, por higiene y seguridad se sacó al perro afuera”, dijo la jefa de enseñanza, capacitación, investigación y calidad de hospital, Ana María Pizaña Muñoz.
Pasaron los días y las noches y el ‘Güero’ nunca se movió de su lugar, ahí donde vio entrar a su amigo humano y con el que ya nunca más volverá a estar.
Varios integrantes del personal del hospital se dieron cuenta de la insistencia del animal y hasta le permitieron ingresar al área de choque donde estuvo su dueño.
La doctora Claudia Ramírez comenta que, “entraba el área de choque, entraba, olfateaba, yo bajaba la camilla para que viera que no había nadie y le decía, pues mira ya no hay nadie, olfateaba otra vez y se iba, entonces ya cuando salía yo lo abrazaba y le decía ya no está a quien esperas, pero aquí estamos todos, aquí te queremos todos”.
Pasado el tiempo, la entrega, amor y fidelidad del perrito se ha ganado el amor de todos, “es muy cariñoso conmigo, no le gusta que le dé besos, no le gusta que lo bañe”, agrega la doctora Ramírez.
Hoy, casi 9 meses después de su llegada, el perrito de raza mestiza tras su férrea insistencia en permanecer en el hospital se convirtió en un miembro más de la plantilla de trabajadores de vigilancia, más, “él nos acompaña donde quiera que andemos nosotros, es el segundo guardia”, comenta el vigilante Juan de Dios García.
Y hasta gafete le pusieron, “de hecho, en la parte de atrás de su gafete vienen unas indicaciones donde dice que es parte del personal que tiene que ser cuidado y atendido y que si por alguna razón lo llegan a ver ahí tirado que hablen a los números, porque trae el número del hospital y que nosotros iremos por él”, agrega la jefa de enseñanza y capacitación.
Varios empleados del nosocomio se cooperan para alimentarlo y cuidarlo.
El gafete del ‘Güero’ dice: soy miembro de la familia del Hospital General Rincón de los Romos, solo dame abrazos, besos y comida; no me maltrates porque mis amigos me van a defender. Si me encuentras en la calle herido, por favor avisa en el hospital, mis amig@s te lo agradecerán. NOTA: ya estoy vacunado y desparasitado.
El ‘Güero’, después de cumplir con su trabajo de vigilancia regresa al lugar en el que vio a su dueño por última vez y se va a dormir y descansar. en la caseta de vigilancia.
‘Hachikō’, el perro fiel japonés
‘Hachikō’ fue un perro japonés de raza akita, recordado por haber esperado a su amo, el profesor Hidesaburō Ueno, en la estación de Shibuya, cerca de nueve años después de la muerte de este. Actualmente se lo conoce como Chūken Hachikō, ‘el perro fiel Hachikō’.
El profesor Ueno iba a trabajar en tren todos los días a la Universidad de Tokyo, ‘Hachikō’ lo acompañaba todas las mañanas lo acompañaba a la estanción de Shibuya e iba a recibirlo de nuevo cuando volvía.
Ueno sufrió un paro cardiaco que acabó con su vida, sin embargo,‘Hachikō’ siguió esperándolo en Shibuya, buscando su rostro entre los miles de desconocidos que pasaban por allí. Los días se convirtieron en meses y los meses en años, esperó incansablemente a su dueño durante nueve largos años, lloviera, nevara o hiciera sol.
El 9 de marzo de 1935 encontraron a ‘Hachikō’ muerto a los pies de una estatua. Murió debido a su edad en el mismo sitio donde había esperado la vuelta de su dueño.
Los restos del perro fiel fueron enterrados junto a los de su amo en el cementerio de Aoyama en Tokio.
¿Sientes las mascotas la muerte de sus dueños?
Los últimos estudios científicos han empezado a descifrar las claves de este comportamiento que tiempo atrás se pensaba que era exclusivamente humano, al igual que las personas, las mascotas como perros y gatos sienten la pérdida de un compañero con una actitud que podría llamarse luto.
Los estudios han empezado a descifrar las claves de este comportamiento que tiempo atrás se pensaba que era exclusivamente humano.
La ciencia ha demostrado empíricamente lo que muchos que hayan tenido mascotas ya sabían: los animales de compañía sienten la pérdida de un compañero cercano y pasan por un proceso.
“Los perros sienten la muerte de sus humanos, de los integrantes de su familia, y es probable que sea a través de su potente olfato, que es cuatro veces más desarrollado que el de las personas”, dice la médica veterinaria etóloga, Carolina Alaguna Cruz.
“Saben que él o ella está allí, en otro estado, pero allí; y su lealtad los lleva a acompañarlo”, explica la experta.
Los perros cuentan con una memoria que les hace olvidar lo sucedido a los 15 o 30 segundos de ocurrir, sin embargo, pueden recordar a sus dueños toda la vida.
Fotos: Captura de Pantalla Facebook Radio y Televisión de Aguascalientes