Carlos Urquidi G.

Chihuahua, Chih.- Chihuahua vivió, nuevamente, este 8 de marzo de 2023 la marcha feminista por el Día Internacional de las Mujeres, la cifra de asistentes rebasó la del año pasado. 

La marcha inició en la glorieta de Pancho Villa, “ante el incremento de las violencias contra las mujeres y la impunidad en feminicidios y transfeminicidios, este 8M de nuevo salimos a marchar para exigir justicia y reapropiarnos de los espacios públicos”. 

Las consignas eran duras, fuertes y directas, “el movimiento feminista cada año crece y se fortalece, pero la violencia también aumenta. La marcha es de todas y la ciudad también. La exigencia de mejores condiciones para todas las mujeres es para el gobierno estatal, el municipal y los legisladores”.

Pasadas las 4 de la tarde, toda iba de manera común, gritos, nombres de abusadores, cánticos, también, como cada año, la iconoclasia —intervención de símbolos o monumentos con fines políticos o ideológicos, lo cual es común ver en las manifestaciones— se hizo presente con pintas y quiebra de vidrios, nada que no se haya visto, pero, llegaría provocación y represión desde dentro de Palacio de gobierno.

“Ni con Bonilla (presidente municipal) ni con Maru (gobernadora), nosotras vamos solas”.

La marcha del 8M 2023 en Chihuahua capital se amplió para finalizar en dos puntos, la Plaza del Ángel, a un costado del palacio de gobierno estatal y la Plaza de Armas, frente a presidencia municipal y el Congreso.

Antes, horas antes de que iniciara la marcha oficial un grupo de maestras cesadas se apostaron y se encadenaron ante las puertas de Palacio para lanzar consignas contra la gobernadora, “salga señora a defender los derechos de estas mujeres ante la corrupción de su gobierno criminal”.

Desde las dos de la tarde las puertas ya estaban cerradas.

Al llegar a ambos puntos, la intervención de edificios gubernamentales fue de más a más, cientos de nombres de hombres quedaron escritos en las paredes, así como el fallido actuar de las autoridades ate el problema, las paredes de la calle Victoria también sirvieron como muros para reclamar justicia, resaltado que los negocios comerciales se mantuvieron intactos.

En la ‘Cruz de clavos‘ triste emblema de la barbarie feminicida de Chihuahua se colocó una ofrenda floral en memoria de otro emblema de la lucha: Marisela Escobedo.

El edificio sede de la presidencia municipal quedó rayado y con los vidrios de sus ventanas destrozados; el del Congreso igual, aunque en este las manifestantes sí lograron entrar y se apoderan de la recepción. 

Al otro lado, pasadas las seis de la tarde, en la escalinata del Ángel, frente a la lona con la leyenda ‘¿En dónde están?’ mostrando las fotos y nombres de cuatro de las mujeres desaparecidas —Esmeralda Castillo Alondra Nolasco, Alexa Núñez y Marybell Valenzuela Herrera —, familiares de víctimas de feminicidio y mujeres violentadas daban sus testimonios de dolor y de exigencia de justicia.

Normalmente, con ese acto solemne, cada año, se da por terminada la manifestación, pero este año no, de repente, en el falso balcón creado por el ex gobernador César Duarte, dos empleados gubernamentales salieron para aventar bombas de gas lacrimógeno a las manifestantes.

Del estupor ante tal acción surgió la reacción… las mujeres se enfrentaron a los provocadores oficiales.

Las últimas cuatro ventanas de palacio de gobierno, por la calle Universidad, se abrieron para lanzar más bombas. 

El caos provocado había llegado.

Algunas mujeres, con sus hijos e hijas cruzaron la calle para resguardarse, mientras otras más decidieron repeler la agresión: los vidrios fueron los primeros en ceder, luego cayó la barandilla del paso de discapacitados cuyas pedazos de cemento o falsa cantera sirvieron como proyectiles.

Ya ninguno de los dos bandos cedió y con ello la posibilidad del diálogo también.

“Cobardes, aquí estamos”, les gritaban.

Una de las bombas fue cachada por una joven y devuelta a su lugar de salida, ante los aplausos de sus compañeras.

Las calles fueron cubiertas de esa neblina que deja el agente químico de las bombas.

La acumulada indignación de las manifestantes se convirtió en furia. 

A la violencia oficial las asistentes respondieron con más violencia.

Una hora o poco más después, en otro intento fallido por dispersar a las mujeres, se escucharon disparos dentro del edificio gubernamental y, de la nada, el fuego surgió.

Por primera vez, en una manifestación feminista se llegó a la quema de un inmueble.

Los empleados de gobierno tras fumar y reír pasaron al asombro, tarde ‘les cayó el veinte de su acción’.

Por el lado de Casa Chihuahua, un grupo pequeño de cuatro mujeres y dos hombres jóvenes azuzaban, amenazaban y creaban más caos que apoyo, no parecían ser parte de ninguna de las colectivas. 

El palacio fue cercado, llegaron mujeres policías, los empleados de gobierno salieron, aun fumando, y los bomberos intentaban controlar el incendio en los ventanales.

El contingente se dispersó, la calle quedó tapizada de pancartas.

Un niño de escasos seis o siete años le dice a su madre: las mujeres pueden todo, si no les hacen caso esto será peor…

 Al caer la noche de este día en que Chihuahua ardió, de nuevo, una impresionante Luna llena iluminaba la ciudad a la par que las luces de patrullas. Cuantas mujeres eran, un chingo… Punto, hasta aquí.

Colofón: siendo la 2: 32 am del 9 de marzo, ni la gobernadora del estado de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, ni el presidente municipal de la capital, Marco Bonilla, habían hablado sobre los hechos.

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2 comentarios en «8M 2023: de la marcha y las consignas a la provocación gubernamental y el caos»

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