Mirtha Hernández / Gaceta UNAM

México- Las viudas sintetizan la inequidad que hay en nuestro país por clase, etnia y género, y lamentablemente el número de mujeres en esta condición conyugal va en aumento, señala el demógrafo Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales.

En 2000 representaban siete por ciento de las mujeres mayores de 12 años en México, y para 2020 se incrementó al ocho por ciento este sector de la población, que suma cerca de 3.8 millones, de las cuales 800 mil viven solas, de acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2020.

“De estos cientos de miles de viudas que existen en el país, 75 por ciento tiene 65 o más años, y uno puede suponer las condiciones de exclusión que enfrentan. La mayoría carece de seguridad social, que es un asunto preocupante y que debe ser prioridad de atención para las políticas públicas”, asevera el especialista.

A fin de completar el escenario en que se desarrolla la vida cotidiana de las viudas, indica el experto, hay que prestar atención a aquellas que viven solas, de las cuales solo 20 por ciento son jubiladas o pensionadas y no tienen apoyo permanente de otras personas para satisfacer sus necesidades; además, hasta un 25 por ciento tiene serias dificultades de movilidad.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo hay más de 258 millones de viudas, quienes históricamente han pasado desapercibidas, sin apoyo ni medidas en nuestras sociedades.

Los conflictos armados, la migración y la pandemia son los problemas que actualmente dejan a decenas de miles de mujeres viudas o con sus parejas desaparecidas. Ellas tienen menos posibilidades de acceso a pensiones de vejez que los hombres, por lo que la muerte de un cónyuge puede conducirlas a la indigencia.

En ello coincide Welti Chanes quien señala que es de esperarse que el número de mujeres en esta condición aumente en el país, debido al recrudecimiento de la violencia y los efectos de la pandemia por Covid-19.

“No es muy conocido que la ONU ha definido un día para llamar la atención sobre la población que está en viudez. Es importante porque este estado conyugal se relaciona con la salud de las personas y los Suman cerca de 3.8 millones niveles de violencia que vive”, subrayó el especialista en análisis demográfico de la fecundidad y economía del envejecimiento.

Asegura que las estadísticas indican que al llegar a los 65 años de edad, una de cada cinco mujeres en el país será viuda. Las condiciones de exclusión derivan de la estructura de clase, pues un elevado porcentaje no tiene acceso a los servicios de salud por no contar con seguridad social, ya que la mayoría realiza actividades económicas en el sector informal.

“Conforme avanza su edad, tienen acceso a la seguridad social alrededor de 20 por ciento, pero muy probablemente porque es brindada por sus hijos al participar en el sector formal.”

Sin embargo, advierte, al disminuir las tasas de fecundidad, los hijos ya no constituyen un seguro en la vejez. “Lo que antes podía considerarse un seguro durante este periodo de la vida, que era el elevado número de descendientes, no funciona en la actualidad, porque se redujo la fecundidad y los hijos ya no aceptan hacerse cargo de los padres, en este caso de las madres viudas”.

Ante este escenario Welti Chanes insiste en universalizar la seguridad social. “Esto es lo que debe marcar la política social en la que se aspire a reducir y eliminar la inequidad”, dijo.

Mujeres jóvenes

Quien ha sido presidente de la Sociedad Mexicana de Demografía advierte que las viudas entre los grupos de edad de mujeres jóvenes empiezan a ser significativos, y más en entidades federativas como Guerrero y Chiapas. Además de la incidencia de la violencia, una posible explicación demográfica es que en dichos estados las mujeres también se casan más jóvenes.

Incluso, se observa que las viudas tienen un promedio más alto de hijos nacidos vivos en comparación con las casadas o en unión libre.

“A mayor número de descendientes, más obligaciones; es decir, asumen responsabilidades que deberían ser compartidas. También les es más difícil iniciar una nueva unión conyugal, por aspectos socioculturales, como es quedarse con hijos, y desde luego porque es complicado que un hombre acepte las responsabilidades de hijos de la mujer viuda y de otro padre”, señala.

Según los datos del Cuestionario Ampliado del Censo de Población y Vivienda 2020, sólo 15 por ciento de la población femenina en situación de viudez era pensionada o jubilada. Por grupo de edad, 16 por ciento de 50 años y más contaba con ingresos por jubilación o pensión; pero entre las viudas menores de 30 años recibir una pensión que reconozca esta condición conyugal es un hecho extraordinario, ya que no rebasa más de dos por ciento.

“Es el Estado quien tiene que resolver de manera universal este tipo de problemáticas, emprender acciones de política pública, tener claridad en los instrumentos y voluntad política. Un objetivo muy específico es reducir la inequidad y acceder a los satisfactores de educación, vivienda, salud y los ingresos suficientes, especialmente durante la vejez”, recalca el experto universitario.

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