Carlos Urquidi G.
Chihuahua, Chih.- Este 8 de marzo de 2022 las mujeres de Chihuahua salieron a las calles para exigir el respeto a sus derechos humanos, el fin de la violencia de género, el alto feminicidio y la igualdad, conformando una marcha a todas luces histórica, “estamos de regreso con más fuerza que nunca, y somos un montón” .
Marcharon mas de 20 mil personas, en su mayoría mujeres.
La concentración inició desde antes de las 4 de la tarde en los alrededores de la glorieta a Pancho Villa.
A la cabeza del contingente iban, exclusivamente, los familiares de las víctimas de feminicidio, con rostros e historias que rompen el alma, que calan, que documentan de viva voz la barbarie feminicida.
Una madre pide justicia para su hija Alma Rosa asesinada en 2017 y a quien vio por última vez con vida cuando se fue a trabajar en su Uber; tampoco la edad era impedimento para clamar un ‘basta ya’, una niña, cuenta la tremenda violación masiva que sufrió su hermana y los responsables siguen libres.
También unidas, seguir pidiendo y no cesar la búsqueda de la pequeña Alondra María Nolasco Corpus y justicia para su madre María Yésica Corpus Moreno, quien murió sin saber el paradero de su hija, “vamos a seguir luchando por ellas”.
“La violencia sexual no debe ser un secreto de familia”, dicta otra manta.
La organización y logística lucía impecable, atrás en segundo plano, fueron para las colectivas feministas; seguidas, en tercero, por madres con niñas o niños, adultas mayores, mujeres con alguna discapacidad o problemas de movilidad; luego, en cuarto, otro grupo de las colectivas feministas, atentas todas a la vigilancia y cerrando el bloque de solo mujeres, en quinto, las mujeres que asistieron a título personal, esos cinco grupos cerraban la exclusividad para mujeres.
En el sexto, se abrió el espacio para un grupo mixto que fue bastante destacado: hombres siendo buenos aliados, apoyando a esposas, novias, madres, amigas o hermanas y para cerrar, una caravana automovilística. Todos con rumbo a la Plaza del Ángel. La avenida Universidad de vistió de morado y verde.
Pancho Villa, desde su cabello, calladito, no tuvo más remedio que convertirse en otra imagen de las consignas, ‘ni una más’, además de cargar una bandera morada, verde y roja y unos llamativos globos en la cola de su caballo.
De ahí al Ángel, el recorrido es corto pero las consignas, peticiones y reclamos son muchos y muy válidos, las bardas, edificios y demás inmuebles se convirtieron en lienzos: ‘Soy la tía de la niña que nunca tocarás’; ‘que los secretos familiares no cubran violadores’; ‘si mañana soy yo gritan por mi’; ‘abuelita, vine a gritar por lo que a ti te hicieron callar’; ‘disculpe la molestia pero nos están asesinando’; ‘qué bonita te ves luchando por tus derechos’; ‘por Marisela y por Rubí’; ‘ustedes lloran por sus paredes, yo lloro por mi hermana’; ‘mi falda no es corta, tu educación sí’; ‘el patriarcado gobierna Chihuahua’; ‘este cuerpo es mío, no se toca, no se viola, no se mata’; ‘feliz será el día en que no falte ninguna’, ‘quiero morir de vieja y no por ser vieja’…
También hubo acusaciones directas, unas en referente a la UACH con nombres y fotos de maestros, ‘la UACH encubre acosadores, UACH cuna de violadores’ y una más, directa y visible, ‘Maru, deja de hacerte pendeja’.
Llama la atención un grupo de niños agradeciendo a su maestra por hacerlos participes de la marcha.
En la Plaza del Ángel, el posicionamiento final destacó la lucha por la justicia, la equidad laboral y la integridad física y sexual de las mujeres, “no vamos a parar hasta que podamos caminar seguras en las calles”.
Y a una sola voz, estremeciendo a toda la ciudad, la letra y música del tema emblema, ‘Canción sin miedo’, “que tiemble el Estado, los cielos, las calles. Que tiemblen los jueces y los judiciales, Hoy a las mujeres nos quitan la calma. Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”.
La solidaridad traspasaba la piel, mujeres mayores abrazando a jóvenes, jóvenes abrazando a niñas, niñas luchado por sus mayores. Punto, hasta aquí.
