CDMX- Como parte de las conmemoración de los ‘500 años de la Resistencia Indígena México – Tenochtitlan’, el Gobierno de la Ciudad de México se alista para abrir al público la Maqueta Monumental del Huey Teocalli (Templo Mayor), en la zona sur de la plancha del Zócalo, frente a la puerta central de Palacio Nacional, hacia la calle 20 de noviembre.
La Maqueta Monumental del Huey Teocalli se develará al público el 13 de agosto y podrá visitarse hasta septiembre, donde se podrá apreciar la proyección de una memoria luminosa sobre el origen y transformación del pueblo Mexica.
Los horarios del espectáculo de videomapping serán 20:30, 21:00 y 21:30 horas.
Esta es la primera reproducción monumental del Templo Mayor de México -Tenochtitlan, una copia fiel inspirada en los descubrimientos más recientes efectuados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la cual tendrá una altura de entre 11 y 14 metros.
¿Qué es el Huey Teocalli?
Templo Mayor es la denominación en español de huey teocalli, el gran templo en la capital azteca de Tenochtitlan, fundada en el año 1325, que fue conquistada y destruída por los españoles en 1521. El poder colonial erigió sobre sus ruinas una nueva ciudad, por lo que durante muchos siglos el santuario principal de los aztecas quedó olvidado.
Algunos de los restos del Templo Mayor fueron descubiertos en excavaciones esporádicas desde fines del siglo XIX y principios del XX. En 1978, trabajadores de la construcción descubrieron por casualidad un gran relieve en piedra con la representación de la diosa Coyolxauhqui, lo que fue una enorme sensación y dio el impulso para excavar definitivamente los restos del Templo Mayor. Para ello debieron ser demolidos varios edificios del área.
Los aztecas, que se llamaban a sí mismos Mexica, sitúan su procedencia original en un sitio mítico Aztlan, dato nunca comprobado. Allí se supone que comenzó en el año «uno pedernal» (1116 d. C.) una larga migración que los llevó al altiplano de México a mediados del siglo XIII, en donde debieron enfrentarse con los habitantes del lugar. En el año 1325 establecieron finalmente su capital Tenochtitlan sobre una isla en el lago Texcoco. Según la leyenda, fue allí donde vieron la señal que les había profetizado su dios Huitzilopochtli: Un águila posado sobre un cactus devorando una serpiente.
Templo Mayor
La ciudad de Tenochtitlan fue el centro religioso y político de los mexicas, y su Templo Mayor o Huey Teocalli fue el edificio más importante de esa gran ciudad prehispánica. Allí confluían los cuatro rumbos de la Tierra y el eje de los tres niveles de la vida: el cielo, la tierra y el inframundo. El Templo Mayor fue ampliado en siete ocasiones; la última versión, la que vieron y destruyeron los españoles, era imponente (unos 45 m de altura sobre una base cuadrangular de unos 400 m por lado). La pirámide tenía dos largas escalinatas que culminaban en la cima, frente a cada uno de los dos templos dedicados a sus principales dioses: el del norte en honor de Tláloc (“néctar de la tierra”), dios de la lluvia y la agricultura, y el del sur para honrar a Huitzilopochtli (“colibrí zurdo”, “guerrero resucitado”), dios de la guerra. Ante cada ampliación los mexicas iniciaban una “guerra florida” contra alguna nación enemiga, para apresar cautivos y sacrificarlos el día de la consagración del templo renovado. Dos montañas sagradas estaban representadas en el Huey Teocalli: el Cerro de los Mantenimientos o Tonacatépetl, al norte, arsenal del alimento humano, y el Coatépec, Cerro de las Serpientes, al sur, cuna de Huitzilopochtli. Frente a la gran pirámide se levantaba el adoratorio de base circular de Ehécatl, dios del viento (advocación de Quetzalcóatl), y al costado sur se levantaba el altar Tzompantli, de larga base rectangular, en cuya cima, ensartadas con maderos sostenidos con altas estacas, figuraban las cabezas y calaveras de miles de sacrificados y, al parecer, también de los guerreros muertos en batalla. Frente al Huey Teocalli estaba el Palacio de Axayácatl, residencia de Motecuhzoma Xocoyotzin, que después ocupó el “visitante” recién llegado, Hernán Cortés. Al Templo confluían las grandes calzadas que comunicaban Tenochtitlan con tierra firme: la de Iztapalapa por el sur, con su afluente a Coyoacán; la de Tacuba (Tlacopan) por el oeste y la del Tepeyac (Tepeyácac) por el norte.