México- El pensador, poeta y activista Enrique González Rojo Arthur, dedicado a la tarea de deletrear el infinito, falleció este viernes. Tenía 92 años.
La noticia fue confirmada en un breve mensaje en redes sociales, “Queridos y queridas amigas: mi padre, nuestro poeta y filósofo Enrique González Rojo Arthur, acaba de morir, ¡lo extrañaremos entrañablemente!”.
Enrique González Rojo Arthur ha vivido en bibliotecas que tienen una casa, y no en casas que tienen una biblioteca, destacó su hija, Graciela González Phillips, en el homenaje nacional que se le rindió a mediados de diciembre de 2019.
Como escritor, incursionó en la poesía, la narrativa y el ensayo.
Además de su carrera literaria destacó como filósofo y psicoanalista. En 1959 se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México con una tesis llamada: “Anarquismo y materialismo histórico”. Obtuvo un doctorado en la misma disciplina, con un posgrado en lógica.
Fue profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Universidad Autónoma Metropolitana, casa de estudios que en 2016 lo reconoció con un doctorado honoris causa.
Autor de decenas de volúmenes de poesía, fue acreedor del Premio Xavier Villaurrutia en 1976 por “El quíntuple balar de mis sentidos” y el Premio Nacional de Poesía “Benemérito de América” (2002), en Oaxaca, por “Viejos”.
Del “enciclopediazo” a vivir en bibliotecas que tienen casa, no en casas que tienen biblioteca
Enrique González Rojo Arthur nació en México, D.F., el 5 de octubre de 1928, en un ambiente rodeado de libros. Como él mismo cuenta, poco después de haber nacido sobrevino un temblor y se cayeron dos tomos de la Enciclopedia Británica en su cuna y por poco fue víctima de un “enciclopediazo”. Pero esta no fue la razón por la cual dedicó gran parte de su vida a la lectura y escritura de libros. El ambiente le fue propicio. La educación del abuelo sembró en Enrique una afición y un gran placer por la cultura. Desde muy joven, cuando su abuelo le preguntaba por un libro, sabía cuál era su lugar en la biblioteca. Se había convertido en el bibliotecario de la casa. Más tarde expresaría claramente cómo esta devoción determinaría su entorno: ha vivido en bibliotecas que tienen casa, no en casas que tienen biblioteca.
A la muerte del abuelo en 1952, y en plena juventud, se afanó en el magisterio. En 1959 obtuvo el grado de maestro en filosofía con una tesis llamada: “Anarquismo y materialismo histórico”, cuyos planteamientos el autor ha modificado y superado. Enrique también realizó los estudios del doctorado en filosofía, aunque no escribió la tesis requerida y no obtuvo entonces el grado de doctor. Obtuvo, asimismo, un posgrado en lógica. Ha residido siempre en la Ciudad de México, a excepción de dos años que vivió junto con su familia en Morelia, Michoacán, donde fue invitado a colaborar como profesor de tiempo completo en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Además del magisterio, Enrique se ha dedicado preferentemente a la literatura, a la filosofía y a la militancia política. Ha incursionado también en el psicoanálisis. Después de haber superado hace algunos años dos graves enfermedades, se encuentra en una de las épocas más prolíficas de su vida, sumando a su afán de escribir, sus antiguos gustos por la música y el cine, pero ahora con mayor tiempo y disposición.
Los cuatro pilares de la actividad cultural de Enrique González Rojo son el magisterio, la literatura, la filosofía y el compromiso político, y nos parece importante señalar que estas partes se interinfluyen a lo largo de sus obras. Es evidente que la claridad con que expresa sus ideas se debe a su larga práctica magisterial, que su poesía enarbola motivos filosóficos, políticos y de todo género sin perder su estructura poética; también que sus escritos filosóficos toman como tema la poesía o la política y sus ensayos políticos se apoyan en concepciones filosóficas y están pertrechados de su estilo literario.