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Chihuahua, Chih.- La maestra Aida Lissette Holguín González puso ejemplo en innovación educativa en tiempos de pandemia al convertir la caja de su camioneta en un laboratorio usando latas de atún, mangueras y botellas para impartir conocimientos sobre ciencias a 160 estudiantes de pueblos originarios en la localidad de Norogachi, lo que la llevó ganar el primer lugar nacional en la convocatoria “Prácticas Educativas Innovadoras frente a COVID-19”, lanzada por la red ENSAMBLE que busca detectar y reconocer a docentes que han convertido la situación actual en una oportunidad para la adaptación, creatividad e innovación.
Teniendo todo en contra, al ejercer su profesión en ambientes vulnerables, Aida Lissette Holguín González ganó el reconocimiento nacional con el trabajo “La ciencia no es ciencia, sin experimentar”, en la categoría de “Secundarias en Ambientes de Aprendizajes Innovadores”.
Al inicio de la pandemia, la maestra Aida Lissette se vio en la necesidad de modificar sus prácticas educativas y lo hizo con la implementación de cuadernillos de trabajo, observando que los materiales que enviaba a sus estudiantes iban y regresaban de las casas de sus alumnos prácticamente sin contestar.
Por ello decidió replantearse la manera en la que estaba transmitiendo los conocimientos a los cerca de 160 estudiantes de origen indígena que atiende en las materias de Física, Biología y Química, convirtiendo la caja de su camioneta en un laboratorio, “no puedo seguir enseñando ciencia sin experimentar y mucho menos hacerlo solamente de manera hablada o escrita, sin que los jóvenes puedan manipular y experimentar”.
La maestra trabaja en la escuela Secundaria Técnica 85, que se ubica en Norogachi, Guachochi, una localidad en donde no hay señal de teléfono y en la cual se atiende a estudiantes de varias rancherías y poblados de la región, en muchos casos, sitios alejados y con difícil comunicación.
Así, la profesora echó mano de las pocas herramientas que tenía a su alcance y empezó a comunicarse con su alumnado mediante cartas y recados, en donde les hacía las observaciones necesarias o daba alguna explicación adicional para que hicieran las actividades.
Junto con las cartas, hizo paquetes con los materiales necesarios para que cada uno de sus estudiantes pudiera realizar las prácticas en su propia casa, generando con ello en jóvenes una muy buena respuesta y entusiasmo, así como una mayor emoción y compromiso por hacer sus trabajos y experimentos, pues la maestra les estaba enviando hasta sus hogares, todo lo necesario para que siguieran aprendiendo.
A quienes viven cerca de la escuela, la maestra los cita en el salón, de uno en uno, con el fin de resolverles las dudas que pudieran tener y volverles a entregar material para que continúen trabajando en casa.
En el caso de quienes residen lejos, Aida Lissette habilitó la caja de su camioneta con los instrumentos de laboratorio que tenía a la mano, adaptando latas, botellas y mangueras para que cumplieran la función de material de laboratorio.
Con todo eso, a bordo de su vehículo, recorre los ranchos más alejados y desde ahí trabaja y experimenta al lado de sus estudiantes, para que puedan comprender mejor el mundo de las ciencias, “es muy difícil explicarle a un joven con palabras para que entienda las ciencias, por ejemplo, lo que es la destilación, necesitan experimentarlo para que lo comprendan de una mejor manera y sobre todo para que no se les olvide”.
Además, “aprovechamos las plantas medicinales que tenemos al alcance para trabajar, para que los estudiantes sepan cómo utilizarlas y aprovecharlas; además hicimos alcohol en gel”.
“Aunque nuestros mecheros son latas de atún, el experimento que hacen los jóvenes, se les queda grabado en su memoria; a ellos y ellas les gusta mucho experimentar, especialmente los de primer grado, quienes se sorprenden muchísimo la primera vez que ven un microscopio y aprenden lo que se puede observar a través del instrumento”.
Gracias al desarrollo, justificación y registro de esta adecuación pedagógica en beneficio de los jóvenes de la comunidad de Norogachi, la maestra Aida Lissette se hizo acreedora al primer lugar nacional en su nivel y, el premio no solo es un reconocimiento para la maestra Aida Lissette Holguín González sino también beneficia a sus alumnos ya que recibirán algunos premios.
La convocatoria, con 4 categorías, fue lanzada por la Red Ensamble, que busca la articulación entre los líderes de entidades donantes empresariales, institucionales y familiares , cuyo objetivo es generar un mayor impacto social por medio del desarrollo de comunidades sostenibles y trabajar por un México menos desigual, más justo y próspero.