Ciudad del Vaticano– El cardenal italiano Ángelo Becciu, condenado en 2020 por irregularidades financieras en la Santa Sede y sentenciado a cinco años y medio de prisión, además de quedar inhabilitado de manera perpetua para ejercer cargos públicos en el Vaticano, intenta entrar a la Capilla Sixtina para participar en el cónclave, a pesar de no estar en la lista de los cardenales electores.
El cardenal fue despojado de su cargo por el propio Papa Francisco y de sus derechos como purpurado, incluido el no asistir a un cónclave.
Papa Francisco y la decisión sobre su participación queda en manos del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien debe resolver el inédito conflicto canónico. Ángelo Becciu, el primer cardenal en sr juzgado por un tribunal penal del vaticano, asegura que su título cardenalicio sigue vigente y que nadie puede impedirle votar y se vio envuelto en un escándalo tras comprar un edificio en Londres utilizando donaciones de 125 mil euros que él mismo ingresó a una asociación que presidía su hermano.
Becciu, de 76 años, declaró que nunca firmó una renuncia y que no existe documento jurídico alguno que lo excluya oficialmente del Colegio Cardenalicio y que su experiencia en la curia romana lo respalda y que su participación en el próximo cónclave no debería estar en discusión.
Becciu fue durante siete años el ‘número tres’ de la Santa Sede, como sustituto de la secretaría de Estado, y hasta llegó a ser un firme favorito a la sucesión del Papa Francisco, además de la decisión de retirar los derechos a un cardenal se convirtió en la primera en hacerse pública.

La renuncia en septiembre de 2020
El 24 de septiembre de 2020, Becciu había presentado al Papa su dimisión como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cargo que ocupaba desde 2018, tras haber sido sustituto de la Secretaría de Estado. En la misma audiencia, Becciu, aunque conservó su título, renunció a los derechos vinculados al cardenalato.