Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
Si un día algún fulano te apaga los ojos
Ya nada me calla, ya todo me sobra
Si tocan a una, respondemos todas

Canción sin miedo / Vivir Quintana

Carlos Urquidi G.

Chihuahua, Chih.- En pocas y breves, el poder de la disculpa es sanador para el ofensor, recibirla y otorgar el perdón es sanador para el ofendido. 

Es cicatrizar una herida para ambos. Para todos, es necesario enmendar.

A las ocho de la noche del 8 de agosto de 1996 desapareció una niña de apenas 13 años, al día siguiente encontraron su cuerpo sin vida, golpeado y violado en un lote baldío ubicado exactamente atrás de la ya desaparecida Sub Procuraduría Zona Norte, la actual Fiscalía de Distrito Zona Norte. Su nombre Sonia Ivett.

25 años después, domingo 8 de agosto de 2021, a las ocho de la noche el Estado, La Fiscalía General del Estado de Chihuahua a través de la Fiscalía Especializada de la Mujer ofreció una disculpa pública histórica en relación al feminicidio de la niña Sonia Ivett Sánchez Ramírez y/o Sonia Ivett Ramírez Ramírez.

La fecha también marca 30 años de feminicidios en Chihuahua.

Al momento y días después, la disculpa pública oficial obligada fue la nota del día.

Esa noche, bajo el cielo del Chihuahua con luna llena, en el lugar donde asesinaron a Marisela Escobedo y que recuerda también el asesinato de Miroslava Breach, ambos hechos representados con placas en el piso, también, enfrente, la ‘cruz de clavos’ testigo de la barbarie, esa noche también se revivió/vivió el dolor.

De esa cadena de fallos, de errores inconcebibles, de dolor, nadie o pocos hablaron.

Una potente voz interpreta el Ave María, afuera, los asistentes, en su mayoría mujeres, visten de negro y blanco, forman una cruz, cargan velas y rosas blancas. Al frente la madre de la pequeña Sonia Ivett, se encamina a la entrada del palacio, se agacha y coloca su rosa blanca en la placa in memoriam de Marisela Escobedo.

Se sigue hasta el pódium, ya están sentados los funcionarios, en medio hay una pequeña mesa con un jarrón con limones, un refresco de naranja, unos ‘cheetos’ y 30 rosas, no es necesario preguntar sobre su simbolismo. Juntos y por separado hablan por sí solos.

La disculpa sí es histórica, pero también históricas son las muertes de mujeres y niñas.

Las primeras palabras en voz y presencia de la Fiscal Especial de Investigación de Delitos de Género, Wendy Paola Chávez, suenan genéricas, “el fenómeno del feminicidio es sin lugar a duda un acto cuyos efectos son devastadores y traumáticos para los familiares de las víctimas e incluso para la sociedad; es por ello que las instituciones gubernamentales tenemos el deber de actuar diligentemente ante tal situación y es por ello que el Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de las instituciones del Sistema Estatal de Seguridad Pública, se compromete a mantener y redoblar los esfuerzos para prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los Derechos Humanos de sus gobernados”.

La presentadora ni siquiera sabe bien los nombres, presenta a la madre de Sonia Ivett.

Habla la señora María Ramírez Contreras, sus palabras calan, entrecortadas, rosario en mano, las hojas de su discurso se dispersan en su manos, en ellas están sus recuerdos, su rabia, el coraje, dedica el instante a todas las madres y padres que han vivido la violencia de género, “una disculpa que no nos regresará a mi hija, pero será un memorial, un réquiem del cual no tuvimos oportunidad de darle con dignidad, como víctima indirecta para las autoridades pero hoy como madre deseo compartir este momento y hacer partícipes de el a todas aquellas madres, aquellos padres, hijos, familias, a que nos unamos más allá del dolor, de la rabia, impotencia, en un solo dolor y en un clamor al cielo guía de nuestro amor para ellas, para nuestras hijas, nuestras desaparecidas, las no identificadas, las ausentes, las olvidadas, hoy tengo fe de que todas ellas nos acompañan e invito a que todos nos acompañemos desde la empatía y el amor”.

Su voz comienza a quebrarse, escucharla cala hondo, “8 de agosto de 1996, aquél triste día lo recuerdo como si fuera hoy y hoy se cumplen 25 años y catorce horas en que a mi amada hija le quitaron la vida brutalmente, fue tanto el daño causado a su frágil cuerpo que no lo reconocí, tuvieron que abrir aquel ataúd para poder ver sus lunares, sus pies”.

Las trágica imágenes están en su memoria y el calvario está por iniciar, “9 de agosto de 1996 fecha en que nos avisan de Ciudad Juárez que habían encontrado a nuestra hija, íbamos con la ilusión de ir por ella porque se nos había perdido, pero cual sería nuestra nuestra sorpresa que al llegar al lugar, al mismo tiempo llegó una carroza”. 

—¿Dónde está mi hija?

—Ahí, en ese ataúd

El calvario con viacrucis incluido había iniciado.

8 de agosto de 1996: el caso de la pequeña estuvo lleno de fallas, mostró y demostró a los ojos del mundo un sistema fallido: la tristemente célebre Sub Procuraduría Zona Norte desestimó la desaparición con el harto conocido y aberrante dicho, ‘seguramente se fue con el novio, regresen en 72 horas’. 

9 de agosto de 1996: El cuerpo de la niña es encontrado con visibles huellas de violencia físicas y sexuales.

10 de agosto de 1996: la Sub Procuraduría inició con las investigaciones, identificando el cuerpo de la niña de forma errónea, ni el nombre se asentó correcta en la carpeta de investigación.

25 años después la madre prosigue hablando de aquel segundo día de la desaparición y feminicidio de su pequeña, “desde ahí todo cambio, yo no quise aceptar la realidad, no quise ver que era ella, mi hija querida, todo se borró en mi mente, fue caer en un pozo sin fondo, caí para no afrontar lo que estaba pasando, pidiéndole a la vida me la trajera de nuevo, de ahí todo fue confusión, dolor, mucho dolor”.

La estela de errores dejada en la investigación ocasionó que a la familia se le negara el acceso al expediente por por más de 23 años porque no podían acreditar el parentesco ya que los encargados escribieron mal el nombre de la niña, “fueron muchos días esperando su regreso y claro que no me la iban a regresar, día tras día me preguntaba porqué había pasado esto, preguntándome porqué tanto daño, cada día la tortura de imaginar en mi mente como la torturaban y violaban, tanto dolor me hizo olvidar, mi mente poco a poco se iba apagando hasta llegar al olvido, a pasar el tiempo en ese fondo negro vi un poco de luz y le pedí a mi gran Dios no me permitiera caer más, le pedí no volverme loca porque tenía tres hijos más por quien vivir y luchar y me permitió volver a la cruda realidad, no hubo nadie que me diera respuesta, necesitaba saber porqué a ella, porqué tan pequeña. Mi vida cambió y para toda la familia, esa familia que jamás volvió a hablar de tan trágico día”. 

“Me causó trauma hacia los hombres, sentí asco, sentí repulsión hacia ellos, al paso del tiempo me entregué a Dios y sanó mi heridas, aparentemente hoy puedo vivir en paz, nunca olvidaremos a mi hija que me arrebataron tan cruelmente, hoy estoy segura que está aquí, la amo mucho”.

Sonia Ivett tenía 13 años y dos meses. nació en Santa Bárbara creció en Chihuahua. Fue a Ciudad Juárez a visitar a su hermana y encontró la muerte.

La Fiscal enfoca la siguiente parte del discurso en la niñez, “las y los niños merecen vivir en un entorno seguro y las autoridades tenemos la ineludible obligación de garantizar su integridad personal y protección atendiendo a su especial situación de vulnerabilidad que especialmente las y los expone a la comisión de delitos”.

La presión social logró que se procesaran a dos personas, pero, la cadena de fallas llevó a su exoneración, sumando muchas recomendaciones nacionales e internacionales en materia de Derechos Humanos.

A las palabras de la madre siguieron las del hermano, José Alfredo Ramírez, vuelven a indignar y preguntarse ¿cómo se permitió tal atrocidad oficial?..

El abrazo entre madre e hijo marca la impotencia comienza con un reclamo más, “había solicitado que esta disculpa pública se tradujera al alemán bajo y al rarámuri y no se ha cumplido, deseo que me acompañe Todos Santos”.

No hay una silla para Teresa Todos los Santos, la traductora y acompañante jurídica de casos de violencia del pueblo rarámuri.

“Esto es para mi hermana Sonia Ivett y para todas las mujeres, niñas, adolescentes, víctimas del feminicidio, desaparición forzada y trata de personas, es para las madres, todas, para los padres, todos”. 

En las pantallas aparecen los nombres de tantas desaparecidas: Victoria, María Domitila, Silvia, Rocío, Soledad Luz, Hilda, Claudia, Marisol…

Se dirige a sus hijas, a las hijas de todos, “para nuestras hijas, perdón, perdón por preguntarles con insistencia a dónde van, con quién van, activen el GPS, me llamas, me envías mensaje, porqué no respondes, te espero, te espero hasta que llegues, yo te llevo, yo te recojo, no vayas, no hagas esto, no hagas lo otro, perdón, pero tenemos traumas, grandes traumas y vivimos con el temor de que nos vuelva a ocurrir esta pesadilla que nos condeno de por vida”.

Es él, uno de los miles huérfanos del feminicidio, le asesinaron a su hermana y le dejaron ausencia de padres, “sentimos por momentos en nuestra niñez que nos quedamos en la orfandad, en un silencio ensordecedor”.

Quiere que se escuche su discurso en todos lados, “para las mujeres, niñas y adolescentes del estado de Chihuahua que se escuche fuerte, desde el fondo de la barranca hasta el desierto, bosques, valles, planicies, matorrales, campos, bosques, pueblos y ciudades, a todas ustedes víctimas de todo tipo de violencia, no están solas, desde mi inmundicia pido perdón por todos los hombres que las han dañado y también pido perdón por invisibilizarlas como sociedad, pero no todos los hombres somos malos”.

José Alfredo narra la búsqueda de un padre, su padre, en busca de una hija, su hermana, y acusa, “hoy se cumplen 25 años de impunidad, hoy hace 25 años a las ocho de la noche se acudió a la entonces Subprocuraduría de la Zona Norte para reportar la desaparición de Sonia Ivett, no hicieron nada, hace 25 años policías judiciales de la entonces Procuraduría General de Justicia se llevaron a Sonia Ivett”.

“El día 9 de agosto que llegamos a Ciudad Juárez, mi padre Jesús José Sánchez Reyes emprendió una búsqueda para recabar información sobre el asesinato de mi hermana, peinó el lugar donde la levantaron, él y yo caminamos hasta el lugar donde la asesinaron”.

Cuenta el andar de su padre por los vagones del tren en busca de los responsables, las amenazas que recibió y los arrestos que sufrió por parte de las autoridades ‘ya párale, tienes más hijas’… El padre ya no pudo ser testigo de la disculpa. Falleció.

En febrero de 1997 desaparece la hija de una testigo del caso, su cuerpo fue encontrado en marzo, violada. Tenía 10 años.

La prueba de ADN de SONIA IVETT SÁNCHEZ RAMÍREZ no ha sido proporcionada hasta el día de hoy a la familia, jamás se podrá vincular a proceso a los hombres que la violaron y asesinaron pues las pruebas estaban deterioradas. 

La estela amarga es larga y hay más cuerpos, por lo menos 12 que fueron encontrados en el mismo sitio, en las mismas circunstancias, 

El discurso/disculpa oficial falla, nadie se puede comparar con la violenta desaparición de una hija, una hermana, una madre.

Para concluir, la Fiscal de Género manifestó el compromiso para aplicar las mejores prácticas posibles y los esfuerzos necesarios para que este delito no quede impune; “y después de 25 años continuamos en la tarea y asumimos el firme compromiso de seguir reconstruyendo nuestro actual para ofrecer garantías que permitan que estos hechos no se repitan”.

Sí, el Estado reconoció su responsabilidad por las omisiones la fallida investigación de estos y las reiteradas violaciones a los Derechos Humanos de una familia.

Pero, en los días recientes, por lo menos 16 mujeres han sido asesinadas en Chihuahua, tres cuerpos aparecieron desmembrados.

En junio de este año, la Fiscalía General del Estado de Chihuahua informó que durante 2021 se han registrado 150 homicidios de mujeres, 90 de ellos en Ciudad Juárez y, solamente 14 han sido calificados como feminicidio.

En agosto, diversas organizaciones no gubernamentales remarcaron que la violencia de género va en aumento, pues en los primeros seis meses del 2021, comparados con el mismo periodo de 2020, hay un incremento del 30 por ciento de asesinatos contra mujeres.

A nivel nacional, en el primer trimestre de este año, se registraron 508 víctimas por feminicidio, asesinatos por razones de género o violencia machista, frente a las 492 de la primera mitad de 2020.

El 50.2 % de tales crímenes se concentran en seis estados: Guanajuato, Baja California, Jalisco, Estado de México, Michoacán y Chihuahua.

Igualmente, las violaciones sexuales se incrementaron en más de un 32 %.

Parafraseando a una reconocida politóloga y analista, ‘los memoriales y disculpas públicas son medidas de reparación para las víctimas indirectas’.

Hoy Sonia Ivett Sánchez Ramírez está legalmente viva.

Hoy Sonia Ivett Sánchez Ramírez está legalmente muerta.

Recordatorio / asignatura pendiente:

Nombre: Alondra María Nolasco Corpus 

Edad: 9 años 

Desapareció de su domicilio ubicado en la colonia Vistas del Norte de la ciudad de Chihuahua el 18 de septiembre de 2017.

Nadie sabe nada. Punto, hasta aquí.

Por admin

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