México- Desde el mediodía del pasado de ayer viernes 10 de mayo, México y otras partes del Mundo fueron testigos no solo de impresionantes tormentas solares sino también de observación de espectaculares auroras boreales en latitudes inusuales, desde Chihuahua, Zacatecas, Sinaloa y Jalisco y, en los próximos días podrían generarse condiciones para volver a observarlas debido a la actividad de la tormenta geomagnética.

Las tormentas solares, al igual que las auroras boreales, son fenómenos naturales que se producen con cierta regularidad, sin embargo, su ocurrencia y severidad son difíciles de predecir, similar a los sismos, por ello el monitoreo constante del Sol, el medio interplanetario, la ionosfera y el campo magnético terrestre es esencial para estudiar estos fenómenos científicamente y prepararse para sus efectos.

Ante ello, estos fenómenos son supervisados de cerca por el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX) del Instituto de Geofísica de la UNAM y, el seguimiento continuo de estos eventos naturales es crucial dada su imprevisibilidad y los potenciales impactos tecnológicos y ambientales que conllevan.

Las tormentas solares, aunque son eventos naturales frecuentes y regulares, plantean desafíos únicos debido a su imprevisibilidad y los potenciales efectos disruptivos en tecnologías críticas. 

Según los expertos del SCIESMEX no es posible prever con exactitud cuándo ocurrirán los eventos más severos lo que complica los esfuerzos de mitigación, siendo comparable con los sismos en términos de su imprevisibilidad y posible impacto.

Durante los últimos diez días, dos regiones activas en la superficie del Sol han sido particularmente prolíficas, generando una serie de tormentas solares intensas. 

Estos eventos incluyeron nueve fulguraciones de clase X, que son explosiones de luz extremadamente intensas y estas fulguraciones han tenido ya efectos notorios, incluyendo interrupciones en las comunicaciones de radio HF, afectando principalmente nuestra región.

En las últimas 48 horas se registraron cinco tormentas solares adicionales y estas no solo produjeron fulguraciones sino que también desencadenaron eyecciones de masa coronal (CME), que son nubes de material solar que se desplazan hacia la Tierra. 

Desde el pasado viernes, estos fenómenos han afectado el entorno espacial de nuestro planeta, provocando disturbios que han sido objeto de estudio y seguimiento continuo.

Las CME son especialmente preocupantes porque pueden causar perturbaciones globales en el campo magnético de la Tierra. Estos disturbios tienen el potencial de afectar satélites, sistemas de telecomunicaciones, redes de posicionamiento global (GPS), navegación aérea y, de manera crítica, las redes de generación y transmisión de energía eléctrica.

El alcance global de este fenómeno ha sido tal que servicios de clima espacial en varios países han confirmado la posibilidad de que se produzca una tormenta geomagnética severa. 

Esto ha permitido, a su vez, la observación de auroras boreales en latitudes medias, un espectáculo raro y fascinante para los observadores en esas regiones.

A nivel nacional, el Laboratorio Nacional de Clima Espacial continúa monitoreando estas condiciones a través de una red de instrumentos estratégicamente ubicados a lo largo del país. Los datos recopilados se actualizan y comparten en tiempo real, tanto en la cuenta oficial de X del SCIESMEX como en su página web, permitiendo así a las autoridades y al público general mantenerse informados sobre las últimas novedades del clima espacial.

El SCIESMEX ha anunciado que seguirá brindando seguimiento detallado a esta tormenta solar y ofrecerá actualizaciones periódicas. Además, trabajará en colaboración con el Sistema Nacional de Protección Civil para preparar y, si fuera necesario, ejecutar acciones de respuesta ante los posibles efectos de este fenómeno en el territorio nacional.

La colaboración interinstitucional y la avanzada capacidad de monitoreo y análisis del SCIESMEX son fundamentales para gestionar los riesgos asociados a las tormentas solares. A medida que este evento sigue desarrollándose, la comunidad científica y las autoridades continúan trabajando para asegurar que México esté preparado para enfrentar cualquier desafío que estas poderosas fuerzas de la naturaleza puedan presentar.

En breve:

-Tormenta solar de nivel extremo (G5), la más poderosa desde el 2003. De acuerdo con la información de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, NOAA, una tormenta solar es un fenómeno natural que ocurre cuando se producen erupciones, explosiones o liberaciones de plasma en la superficie del Sol y esto puede afectar directamente a la Tierra debido a que se liberan grandes cantidades de energía en forma de radiación

-La tormenta solar expulsó una gran cantidad de partículas cargadas al espacio, las cuales interactuaron con la atmósfera terrestre generando el efecto visual de las auroras boreales.

-Si bien las auroras boreales son un fenómeno natural, su observación en México es poco común debido a la ubicación geográfica del país. 

-Aunque es un evento poco común, este es un recordatorio de la dinámica del Sol y su impacto en nuestro planeta.

-La aurora boreal en sí misma no representa un peligro para la humanidad aunque puede generar algunas molestias temporales en las redes eléctricas y comunicaciones, no tiene consecuencias graves para la salud ni el bienestar de las personas.

Con información de: Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX) del Instituto de Geofísica de la UNAM

Fotografías: Kenya Bojorquez

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